A la oposición también le sale su mesa de diálogo
Es pública y notoria en el mundo entero la polémica entre partidos políticos, corrientes de opinión, movimientos sociales y personalidades de la oposición venezolana frente a cuál política promover ante al régimen gobernante y lo relativo al diálogo. La ferocidad y descalificaciones entremezcladas con poses y amagues entre unos y otros presumen que el enemigo a superar no es el que gobierna, sino pasa primero por el descabezamiento sea de la MUD, la coalición La Salida o los estudiantes.
Y es que cada mañana al abrir las webs, las visualizamos repletas de artículos incendiarios develadores de complots retorcidos, descubiertos desde Londres, Miami, Madrid, Tokio, ante un gobierno criminal y macabro que avanza en su objetivo del Plan de la Patria, instaurar su proyecto político a costa de torturados, asesinatos, detenidos, la mayoría estudiantes y jóvenes trabajadores. Imponer el terror, el pánico pasó a ser la reconocible práctica predilecta de un Estado policial.
El drama nacional que vivimos a diario nos determina resaltar que la oposición venezolana no es solo la MUD sino también las diferentes expresiones políticas y sociales ya señaladas, las cuales, al mismo tiempo aisladas y enfrentadas, no tendrán posibilidad alguna frente al totalitarismo instalado en Miraflores, por mucho que se rasguen las vestiduras de valentía y de ética unos frente a otros.
Para salir del entuerto observemos a un Churchill en medio de la Segunda Guerra Mundial, cuando le recriminaban por qué se aliaba con Stalin, dictador, comunista, comeniños, etc., este respondía: “Todo eso puede ser verdad, pero es nuestro dictador”. Siendo evidente que los pactos de Yalta y Potsdam fueron cruciales en la victoria final de los Aliados frente a los carniceros del Holocausto.
La clave del asunto está en el concepto de diálogo, y sobre lo cual existe la gran confusión opositora. El diálogo es una táctica y no una estrategia, la táctica para evidenciar ante el país y el mundo entero el rostro antidemocrático y dictatorial del régimen, acompañado de una estrategia movilizadora de masas en el marco de la CRBV. El Vietcong estaba sentado en 1975 en París firmando los acuerdos de paz y al mismo tiempo mantenía sus fuerzas en combate, y logró la victoria al derrotar, tras 30 años de lucha, a las principales potencias militares del mundo: Japón, Francia y Estados Unidos.
La ingenuidad opositora parte de no reconocer ni comprender la naturaleza del régimen gobernante. Este no es Pérez Jiménez, quien puso pies en polvorosa la madrugada del 23 de Enero en su avión “la vaca sagrada”, por el contrario estos preparan para diciembre 2014 el congreso ideológico y organizativo del PSUV desde la comuna, el municipio, el estado. Es decir se preparan para sujetar a un país con una militancia disciplinada, con los recursos del Estado y el descaro del poder.
A esta aviesa intención no se le puede responder con pitos y flautas, sino con la convocatoria a todos a un gran evento nacional que organice un frente democrático por la reconstrucción nacional.